MACARENA TRIGO

«El relato tranquiliza. El orden de los acontecimientos, la retrospectiva, el aparente entendimiento de las causas. Nada de eso constituye una verdad pero es lo que hay, la ropa más decente del armario. Escribo por necesidad. Otros no pudieron o no tuvieron ocasión. La supervivencia ocupa demasiado. Sentarse a escribir después de deambular entre las ruinas del pasado no es sencillo. El cuerpo se arrastra bajo los escombros pero se tensa ante la pantalla. La pantalla como una superficie helada, quebradiza, dispuesta a devorarnos ante la más mínima duda. Si caemos, nadie nos rescatará. Nadie sabrá que quedamos atrapados en este archivo donde todo gira y se mueve, pero nada, ni una sola frase, termina bien».