MACARENA TRIGO
Pie para el beso
¿Para qué sirve un poema? ¿Cuánto vive un gato? ¿Qué es el bardo? ¿Los besos en teatro cuentan?
Pie para el beso habla del amor. Del amor por el teatro y por las chicas. Bah, "las mujeres". Y también viceversa. O sea, habla de las cosas importantes. La vocación, el verso y el amor de turno. El de ahora. El que toca. Y cómo hacerlo posible, cómo avanzar en la conquista. Y en la obra. Pie para el beso es un trío. Tres amigos que ensayan escenas. De teatro-teatro y de las otras, las de la vida.
La obra se estrenó en 2012 en Timbre 4. Realizó una segunda temporada en Polonia Teatro en 2013, CABA, Buenos Aires.
Ficha técnico artística
Actúan: Federico Justo, Matías Macri, Fabricio Saliceti
Asistencia de dirección: Paloma Lipovetzky
Texto y dirección: Macarena Trigo
PRENSA
LUCÍA CHOLAKIAN. ESCRITURAS INDIE
La relación que se construye con el público es el motor de gran parte de la historia, exponiendo sentimientos y anécdotas que, aparte de cómicas, reflejan de alguna manera la historia personal de cada de los espectadores. Y de esa forma el público se adueña de esas intimidades, al mismo tiempo que se entusiasma con la dinámica de este grupo de amigos que rozan lo excéntrico. En ese excentricismo hay mucho de verdad y de repetición de escenas cotidianas.
LEANDRO IBÁÑEZ / RADIO SUR
Dos aclaraciones: "Pie para el beso", en principio, es uno de los mejores nombres de obra que escuché en mi vida, y en segundo lugar, escribo esta crónica en mi condición de hombre.
Tres veinteañeros, en el marco de un ensayo que se desmadra, reflexionan y filosofan acerca de las mujeres, y de sus propias dificultades para establecer un vínculo.
Con un excelente guión de Macarena Trigo, lleno de chistes y frases divertidísimas, de esas que te dan ganas de usar en la próxima reunión de amigos; a un ritmo frenético y matizado con citas de películas, actores, estéticas y cultura oriental, tal cual se desarrolla cualquier charla entre amigos artistas, estos adolescentes intentarán establecer un protocolo de funcionamiento para levantes, con planteos a cual más delirante, pero que no están muy alejados de lo que cualquiera de nosotros pensó alguna vez.Mostrando lúcidamente el funcionamiento grupal, compinche simple de los hombres, que no pueden entender el sutil y complejo mundo femenino; se habla de las mujeres desde el lugar de quien las padece y los artilugios elaborados están dirigidos a controlar cada vez más la situación, sin siquiera pensar en ningún momento en entregarse al juego vincular. (Otra vez, piedra libre a los hombres).
Con Matías Macri en el rol del serio, Fabricio Saliceti en el del tímido, y Federico Justo en el de levantador compulsivo, encarnan tres hombres diferentes, pero que representan a uno solo; aquel que no responde a su deseo, sino que depende del movimiento de la mujer para decidir el suyo propio.
Con grandes actuaciones, hasta los momentos en que se equivocan resultan cómodos porque se acerca más a una charla de amigos, y el recurso de cortar la acción para detenerse en el pensamiento de un actor, que empieza a agotarse a gusto de quien escribe, en este caso toma otra dimensión, con los actores incorporando al público, con la participación de los tres en algunos casos y cómo estilo; no sólo cómo recurso para transmitir emociones o pensamientos.
Hombres intentando entender lo insondable del universo femenino, interpretando un texto que muestra que la guionista nos sacó la ficha hace rato.