MACARENA TRIGO
El ensayo contra todo
El ensayo contra todo fue una actividad abierta a la comunidad teatral que se realizó durante tres meses, a mediados de 2016, en infinitos lunes de lluvia, de 19 a 23h. apadrinado por Espacio 33.
Un encuentro donde se invitaba a participar no sólo a actores y actrices, sino a todo aquel que tuviera interés y mucha necesidad de aproximarse al maravilloso tiempo de ensayo. Hubo oyentes, acompañantes interesados en la dirección, potenciales dramaturgos que escribieron para otros y hasta un par de sesiones dedicadas al retrato fotográfico donde contamos con la generosa presencia de María Kusmuk.
Nunca fue un taller, nunca hubo ejercicios. Se presentaban trabajos de un máximo de quince minutos y recibían una devolución encaminada a mejorar la puesta en escena. Pautas de dirección que podían resultar útiles o no pero que nos permitían entrar de inmediato en el tempo creativo que necesitábamos.
El contexto político fue el detonante para desarrollar esta iniciativa. Los seis primeros meses de macrismo fueron tan confusos y penosos como el resto de la gestión, pero entonces nuestro horizonte de impacto no podía imaginar las muchas desgracias que nos esperaban. Enfrentábamos los primeros tarifazos sobre los servicios y veíamos peligrar y cerrar muchos espacios culturales y salas de teatro ante la imposibilidad de hacer frente al nuevo régimen de facturación de la luz, el agua y el gas. Fueron meses de frustración y desasosiego donde se recomendó a "los artistas" que no habláramos de política.
El ensayo contra todo fue una pequeña actividad, un gesto mínimo de resistencia, que ayudó a que un puñado de creadores se reunieran una vez a la semana para compartir el entusiasmo por lo que mejor hacían y mantener la esperanza y el deseo prendidos. Fruto de los encuentros nacieron varios monólogos que se mostraron en distintas fechas. Tanto los ensayos como esas fechas fueron actividades realizadas a la gorra y esto fue posible porque los creadores de Espacio 33 apoyaron la iniciativa desde el primer momento para revalorizar el capital simbólico de nuestro quehacer cotidiano.